El norovirus es el principal causante de gastroenteritis aguda en Estados Unidos, caracterizado por dolor estomacal, náuseas y diarrea. Se transmite fácilmente por contacto con superficies contaminadas, alimentos infectados o personas enfermas. No existe tratamiento específico, centrándose el manejo en la hidratación. La enfermedad suele durar de 1 a 3 días, pero puede ser especialmente peligrosa para bebés y ancianos.
El Ébola es un virus mortal que causa fiebre hemorrágica y se transmite a través del contacto directo con fluidos corporales infectados. No existe un tratamiento específico, y la prevención incluye evitar el contacto con fluidos corporales infectados y implementar medidas de control de infecciones. El brote más grande ocurrió en 2014 en África occidental y aunque han habido brotes menores desde entonces, requiere una respuesta rápida y coordinada de la comunidad internacional.
La hepatitis A es una enfermedad infecciosa del hígado causada por el virus de la hepatitis A. La prevención incluye la vacunación, la higiene personal y la buena higiene alimentaria, mientras que el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. La transmisión de la hepatitis A se produce a través del contacto con materia fecal infectada o por consumir alimentos o agua contaminados. Los síntomas incluyen fatiga, fiebre, náuseas y ictericia.