La hepatitis B es una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada, como durante una relación sexual sin protección, compartir agujas o tatuajes con materiales no esterilizados, o de madre a hijo durante el parto.
Los síntomas de la hepatitis B pueden incluir fiebre, fatiga, dolor de cabeza, náuseas, pérdida de apetito, dolor abdominal y orina oscura. Sin embargo, algunas personas pueden ser portadoras del virus y no tener síntomas, lo que se conoce como infección subclínica.
La hepatitis B crónica puede llevar a complicaciones graves, como cirrosis o cáncer de hígado. Afortunadamente, existe una vacuna efectiva contra la hepatitis B que se recomienda para todos los recién nacidos y para las personas en alto riesgo de contraer la enfermedad.
El tratamiento de la hepatitis B crónica incluye medicamentos antivirales que pueden ayudar a controlar la replicación del virus y prevenir complicaciones a largo plazo. Sin embargo, no existe una cura para la hepatitis B crónica y la mejor manera de prevenir su transmisión es mediante la vacunación.
Es importante que las personas con hepatitis B reciban atención médica regular para monitorear su estado de salud y prevenir complicaciones. Esto incluye hacer un seguimiento de los niveles de enzimas hepáticas y realizar pruebas de detección de cáncer de hígado con regularidad.
En resumen, la hepatitis B es una enfermedad del hígado causada por el virus de la hepatitis B que puede tener graves consecuencias a largo plazo. La prevención es clave y se logra mediante la vacunación y la adopción de medidas para evitar la transmisión del virus.
Referencias Bibliográficas:
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World Health Organization. (2021). Hepatitis B.
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Centers for Disease Control and Prevention. (2021). Hepatitis B.
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National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. (2021). Hepatitis B.
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