El ébola es un virus mortal que causa fiebre hemorrágica aguda. Se descubrió por primera vez en 1976 en el río Ébola en la República Democrática del Congo. Desde entonces, ha habido varios brotes en África subsahariana.
El ébola se transmite a través del contacto directo con fluidos corporales infectados, como sangre, sudor, vómitos, heces, semen, leche materna y otros fluidos corporales. También se puede transmitir a través de objetos contaminados y superficies.
Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, debilidad, dolor muscular, dolor de garganta y vómitos. Estos síntomas a menudo aparecen 2 a 21 días después de la exposición al virus. La enfermedad puede evolucionar rápidamente y causar sangrado interno y externo, insuficiencia de múltiples órganos y la muerte.
No existe un tratamiento específico para el ébola. El tratamiento consiste en brindar atención médica y apoyo para mantener la función de los órganos vitales hasta que el cuerpo pueda combatir el virus por sí solo. La prevención incluye evitar el contacto con fluidos corporales infectados, así como la implementación de medidas de control de infecciones en las áreas afectadas.
El brote más grande y reciente de ébola ocurrió en 2014 en África occidental y infectó a más de 28.000 personas, matando a más de 11.000. Desde entonces, ha habido varios brotes menores en África, pero han sido contenidos de manera efectiva.
Es importante destacar que el ébola es una amenaza importante para la salud pública y requiere una respuesta rápida y coordinada de la comunidad internacional para prevenir su propagación y garantizar la atención adecuada a las personas afectadas.
Referencias Bibliográficas:
-
World Health Organization. (2021). Ebola virus disease.
-
Centers for Disease Control and Prevention. (2021). Ebola (Ebola Virus Disease).
-
Jakubowiak W. (2017). Ebola virus disease: current status and future prospects. Therapeutic Advances in Infectious Disease, 4(1), 3-14. doi: 10.1177/2049936116687252
Escribir comentario