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Tratamiento del Síndrome de Piernas Inquietas.

Tratamiento del Síndrome de Piernas Inquietas.
Tratamiento del Síndrome de Piernas Inquietas.

El  síndrome de piernas inquietas (SPI) es un trastorno del movimiento que se caracteriza por una sensación desagradable o dolorosa en las piernas, acompañada de un impulso irresistible de moverlas. Los síntomas suelen aparecer o empeorar durante la noche o al estar sentado o acostado por un período prolongado. La SPI es una condición común, afectando aproximadamente al 10% de la población adulta en los Estados Unidos y aproximadamente al 2-3% de la población en todo el mundo.

 

Los síntomas de la SPI pueden variar ampliamente de persona a persona, pero incluyen una sensación de inquietud, calambres, dolor, hormigueo, ardencia o sensación de quemadura en las piernas. Los síntomas pueden ser tan intensos que pueden interrumpir el sueño y causar fatiga diurna. Los pacientes con SPI también pueden experimentar dificultad para conciliar el sueño debido a los síntomas nocturnos, lo que puede contribuir a la somnolencia diurna.

 

La causa exacta de la SPI no se conoce con certeza, pero se cree que es un trastorno neurológico que involucra una disfunción en el sistema nervioso que controla los movimientos voluntarios de las piernas. Se ha identificado una relación entre la SPI y una disfunción en el transporte de hierro en el sistema nervioso, así como una posible predisposición genética.

 

La SPI se clasifica en dos tipos: primaria y secundaria. La SPI primaria es la forma más común y se considera un trastorno independiente. La SPI secundaria se desarrolla como un síntoma de otra enfermedad subyacente, como enfermedad renal, anemia por deficiencia de hierro, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, esclerosis múltiple, embarazo y ciertos trastornos hormonales.

 

El diagnóstico de la SPI se basa en la presentación clínica del paciente y en la exclusión de otras causas de los síntomas. El diagnóstico se confirma mediante la realización de una historia clínica detallada y un examen físico. El especialista puede utilizar pruebas de laboratorio para descartar otras causas subyacentes de los síntomas.

 

El tratamiento de la SPI incluye medidas de estilo de vida, como hacer ejercicio regularmente y evitar el alcohol y el tabaco. El ejercicio regular puede mejorar la circulación y reducir los síntomas de el SPI. Además, se recomienda mantener una buena postura al sentarse y evitar permanecer sentado o acostado por períodos prolongados. Utilizar un colchón y una almohada adecuados también puede ayudar a aliviar los síntomas.

 

Existen varios medicamentos que se utilizan para tratar la SPI. Los médicos pueden recetar medicamentos para aliviar los síntomas, como los relajantes musculares, los anticonvulsivos y los antiespasmódicos. Los analgésicos también pueden ser útiles para aliviar el dolor.

 

En algunos casos, se pueden usar terapias alternativas, como la acupuntura, la terapia de masaje y el yoga, para aliviar los síntomas de la SPI. Sin embargo, estas terapias no han sido ampliamente estudiadas en pacientes con SPI y no está claro si son efectivas.

 

El SPI puede ser un trastorno crónico y difícil de tratar, y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas que la padecen. Es importante que los pacientes con SPI reciban un tratamiento adecuado y sigan un plan de tratamiento continuo. Los pacientes con SPI deben trabajar estrechamente con su médico para encontrar una combinación de tratamientos que funcione para ellos.

 

En resumen, la síndrome de piernas inquietas es un trastorno del movimiento que se caracteriza por una sensación desagradable o dolorosa en las piernas, acompañada de un impulso irresistible de moverlas. Aunque la causa exacta no se conoce, se cree que es un trastorno neurológico. El tratamiento incluye medidas de estilo de vida, medicamentos y terapias alternativas. Es importante que los pacientes con SPI reciban un tratamiento adecuado para mejorar su calidad de vida.

 

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